Abriendo un paréntesis en este un mes tan agitado, y después de haber sufrido el 29 de noviembre un aparatoso accidente hogareño, y aun escribiendo con una mano, no puedo pasar por alto la repetición de todos los años.
Regresando al círculo vicioso, sobre todo a lo que respecta al nuevo año, cuántos cumplimos las promesas prometidas, cuántos logramos nuestras metas, que hicimos por el prójimo.
¡En estas doce páginas quien se convirtió en rico, quien más rico es, cuántos siguen pobres, o más pobres aún, cuántos tendrán en su mesa un bufete que no alcanzaran a comer, y cuántos no tendrán ni un mendrugo de pan que a su boca llevar!
A escasos 9 días de terminar este calendario, cuántos no estarán pensando en las profecías y sentirán algún temor, sólo falta un año y el tiempo pasa muy rápido, qué mejor momento para dar al más necesitado, pensemos en cambiar el rumbo para que el mundo sea un mundo mejor, desprenderse de lo mucho o poco que puedas tener, compartir es una de las satisfacciones más grandes que se puede sentir.
Muchas veces nos ha tocado ver las necesidades de los demás, y ayudar en la medida en la que se puede, así mismo ver a un sin fin de personas que verdaderamente pueden dar, en verdad mucho más, pero sólo piensan en ellos y nada más.
En este mundo que hoy que estamos viviendo tan caótico, con la crisis económica, los malos gobernantes que manipulan a los pueblos como títeres, traumático en verdad.
Sentirse bien con nosotros mismos, ayudando a ser feliz a una familia a un niño, que es eso, lo que representa la pascua, la navidad, que cuando tu mesa la veas llena, sientas doble felicidad de saber que hay otra familia feliz... y es por ti.
Nos veremos el próximo Diciembre...Regresando al círculo vicioso.
